sexta-feira, 26 de setembro de 2014

EL CORAZÓN QUEBRANTADO - Mensaje Bíblicos XVI - Sección 3

EL CORAZÓN QUEBRANTADO





Los sacrifícios de Dios son el espíritu quebrantado.
Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.
Salmo 51.17



Mensaje Bíblicos XVI - Sección 3 (R.M. McCheyne - Felire)








Ha sido quebrantado de su propia justícia y de su propia posibilidad de justificarse. Cuando el Espíritu Santo lleva a um alma a la cruz, ésta desespera de justificarse por sus propios méritos y justícia. Toda su carga y todas sus propias justícias y sus propias opiniones se derraman perdiéndose del modo como um líquido se perde al romperse el frasco que lo contiene.


Primero, porque la obra de Cristo se le muestra tan perfecta, lo mismo que la sabiduría y el poder de Dios. Ve em la obra de la cruz la justícia de Dios. "Me maravillo al pensar que hubo un tempo en que yo busque otros caminhos de salvación. De haberla podido obtener con mis obras, certamente que con todas mis fuerzas me hubiera lanzado a ello. Me maravillo al pensar que el mundo no há compreendido, ni ha aceptado, el único caminho de salvación por la justícia de Cristo" - Brainerd.


Segunda, ¡La gracia de Cristo tiene tanto esplendor! ¡Que maravilloso que toda la justícia de Cristo tan excelsa y divina, sea oferecida gratuitamente al pecador! ¡Que yo, que he sido voluntariamente negligente, menospreciador de Cristo, que he odiado su obra, que he obstaculizado su llamamiento levantando entre él y yo verdadeiras montañas, haya sido objeto de su amor, y a pesar de todo, haya venido hasta mí pasando por todas ellas! " Para que te acuerdes y te avergüences, y nunca más abras la boca a causa de tu vergüenza, cuando me aplacare para contigo de todo loque hiciste, disse Jehová" (Ezequiel 16:63).  ¿Tienes tú este corazón quebrantado, y contrito ante la visión de la cruz? No será una mirada a tu próprio corazón, o al corazón del infierno, sino al corazón de Cristo lo que quebrantará tu corazón. ¡Oh, pedid que Dios os dé un corazón quebrantado así! El orgullo y la jactância están excluídos! A Él sea la glória, digno és El cordero! Todas las batallas y los esfuerzos del alma que busca su propia justificación han de ser quitados y hollados con desprecio.


El corazón quebrantado ha visto deshecho su amor para con el pecado. Cuando un hombre cree en Cristo, se dacuenta entonces de que el pecado le es aborrecible. Primero, porque él le separa de Dios, abre entre Dios y él una gran sima y arrastra al hombre a la condenación del infierno. Segundo, porque llevó a Cristo a la cruz, al Señor de gloria; fué la gran carga que gravitó sobre su alma, lo que le hizo sudar, sangrar y morir.


 Tercero, porque es la plaga del corazón de Cristo ahora. Toda mi infelicidade y desdicha se debe a que soy un pecador. Ahora el creyente se lamenta y conduele, como una paloma, de haber pecado contra quien tanto le amó. " Entonces recordarás tus caminhos y todas las cosas en que habías vivido impiamente y te aborrecerás a ti mismo".